miércoles, 7 de enero de 2009

El gran salto

Primeras líneas del año.

No tengo las ideas muy claras. Se me abre la boca. Creo que todavía no me he despertado de verdad, suelo tardar bastante en hacerlo. Estiro los brazos para ver si salgo del estado de letargo que me estruja contra sí con el objeto de no despegarse de mi cuerpo y, sobre todo, de mi mente.

No creo que Messi sea el mejor jugador del mundo, aunque no sabría decir quién ocupa ahora mismo ese lugar. En mi opinión el mejor debe tener un peso mayor en el juego del equipo del que tiene el pequeño argentino, no aparecer sólo de vez en cuando, debe tirar del mismo cuando las cosas vayan mal, echárselo a la espalda. Me parece que a Leo le falta eso, el gran salto.

Una vez dicho lo anterior, ayer vi el partido entre el Pateti y el Barça. Messi se salió. Cada vez que el balón rondaba cerca de él ocurría algo reseñable, aunque se tratase de las patadas que le sacudían. En una pared antológica que le devolvió de tacón Alves (jugador increíble) marcó el primer gol al poco de empezar.

En seguida se vio que los del Manzanares tenían un agujero en la banda izquierda y que les iba a costar parar al dúo Messi-Alves. El brasileño atacaba más que defendía (tampoco es que se viese obligado por los jugadores contrarios) y ayudaba constantemente a que aumentase el agobio de Pernía.

El segundo gol del FCB vino a raíz de una colada de Alves por su banda, puso un centro medido entre el punto de penalty y la portería adonde acudía como un rayo Messi y cuando quiso rematar, Heitinga le trabó la pierna por detrás con lo que cometió penalty y vio la roja. El mismo Messi se encargó de engañar a Coupet y marcar desde los once metros.

Pero lo mejor estaba por llegar. Leo volvió a recibir cerca de la banda como otras veces en el partido, se fue hacia dentro en paralelo con la línea de fondo y dejó tirados a cuantos contrarios salieron a pararlo, cuando estaba en la frontal del área pegó un latigazo que dejó boquiabiertos a todos cuantos lo vimos y que lamentablemente se estrelló en el larguero. Hubiese sido de antología.

Pero lo que hizo después no estuvo nada mal. Tras su enésimo desmarque a la espalda de la defensa recibió un balón medido de Iniesta (ayer poco participativo tras volver de su inactividad), se lo acomodó de espaldas al portero y en el mismo control se revolvió para regatear al francés y marcar a puerta vacía. La maniobra para deshacerse de Coupet fue prodigiosa, digna de un gran jugador.

Aparte de en estas jugadas intervino bastante a lo largo del partido cuajando una noche magnífica. Siempre creando peligro, haciendo lo requerido en cada momento, sirviendo de referencia.

Cuando Guardiola decidió cambiarlo el Calderón se puso en pie para despedirlo aplaudiendo menos unos cuantos zoquetes que se dedicaron a silbar. Si mantiene regularmente la influencia en el juego que tuvo anoche y, por supuesto, esa capacidad para ser decisivo está claro que el trono es suyo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues, en mi opinión, para calificar el mejor jugador del mundo deberíamos tener en cuenta valores objetivos que podrían ser: influencia en el juego de su equipo, influencia en los resultados positivos de su equipo, participación de los triunfos en competiciones de su equipo, nivel técnico, continuidad en el juego, ... De momento se me ocurren estos, pero podrías intentar crear en tu blog una escala subjetiva pero de criterios tasados para la valoración y con eso hallar el mejor jugador de la temporada.
Para mí, evaluados esos factores, de lo que yo conozco en Europa, se disputarían el trono Leo Messi y Gerard.
Uno tiene mayor nivel técnico que el otro pero el inglés tiene una continuidad y una influencia en el juego mayor que el argentino.
Seguiremos con ello.