jueves, 27 de noviembre de 2008

20-N

Escucho en RNE a Wyoming rememorando que tal día como el del título Durruti muere de un tiro por la espalda... Habla de anarquistas, de su secretario (cura de extrema derecha, el de Durruti, digo) y más cosas interesantes. Habrá que investigar sobre Durruti.

En Canal + (léase Canal más en honor a mi abuelo que lo llamaba así) echan un documental llamado Chevolución analizando la trascendencia de la foto realizada por Alberto Korda del Che, que se convirtió en su imagen después de muerto y que tanto se ve en carteles, camisetas, etc.; el documental está bien porque además hace referencia a la vida del tipo, su pensamiento, etc. Utilizo etc demasiado, creo... también los puntos suspensivos, no estoy demasiado expresivo, me cuesta sacar las palabras y acertar con lo que quiero expresar.

Me gusta el Che. Jamás me compré la camiseta con la imagen de marras porque no tenía muy claro quién había sido en realidad y qué había hecho. Hace meses vi la peli sobre el primer viaje que hizo por su continente y cómo se fue concienciando de la miseria en que vivía la mayor parte de él. Ahí empecé a simpatizar con él, a entenderlo. Después del documental, no tengo dudas, me parece un tipo interesante. Cambió la bata blanca de médico por las pistolas porque se dio cuenta de que el único medio de variar las cosas era la Revolución. Igual no vendría mal otra ahora.

Pongo la radio tras lo del Che, El Larguero, no estaba el vizconde, sino Joseba, me gusta el programa cuando lo hace el vascuence. Habla con una cooperante que está en el Congo porque unos muchachuelos negros agradecen al Athletic Club que les diese petos de entrenamiento y balones cantando el himno del club en élfico (léase euskara). Se me pone un nudo en la garganta. También llama a un reportero que ha ido a cubrir la guerra que hay allí, más nudo, me emociono fácilmente, más de último.

Después no se le ocurre otra cosa que poner en contacto a Iker Martínez (medallista olímpico) que está haciendo la Volvo Ocean Race (regata vuelta al mundo) con Unai Basurko, tipo amigo del otro, que compite en la vuelta al mundo navegando en solitario. El último cuenta que está en medio de la noche atlántica a punto de llegar al Ecuador (mínimo dos días), me muero de miedo imaginándome solanas en un barquichuelo en medio del océano, ¡qué fuerte!. El otro es miembro de una tripulación numerosa y navegan cerca de la India. Uno habla de que igual se ven en Cabo de Hornos, como si eso estuviera a la vuelta de la esquina. El otro le dice que si no es allí, se verán en Bilbao con un chuletón de por medio. ¡¡Joder, voy a terminar llorando!!

Me reconforta comprobar que todavía existe gente que se interesa por los demás y que no hablan de crisis y patochadas.

Tb fue el cumple de Vega, y Amalia tuvo una niña a la que ha puesto su mismo nombre y el de su madrina.

¿Y Paquillo? Parece que casi nadie se acuerda de él. Mejor así, que los muertos, muertos están.

¡Hasta la victoria siempre! Y, ¡hasta siempre, comandante! (gran canción con grandes versiones, he colgado un par).

viernes, 14 de noviembre de 2008

¡Ese cumpleañero!

Llega un momento en la vida de casi todo europeo (digo esto de europeo porque en otras latitudes la esperanza de vida ronda esta edad) que toca cumplir treinta y seis castañas. Ya no es ni un número bonito, porque treinta y cinco (por el culo...) todavía lo excusas en que suena bien, está a mitad de los cuarenta, todavía parece que quedan lejos los temidos cuarenta...

Y sabes que no, Javierín. ¿Qué te voy a contar yo que tú no sepas? Pues algunas cosas, pero todo muy nihilista y descreído por lo que no hay que hacerme mucho caso (o igual sí), ya sabes, pero tienes claro, que de los treinta y seis (mi polla veréis) no cabe retorno alguno.

Me hubiese gustado ponerme delante del PC para escribirte esto con más horas de sueño y menos química en mi organismo para que aflorase mi vena poética y tal pero me da que demasiado será que hile algo mis pensamientos y que parezcan medianamente coherentes unos con otros.

Noto que me lío y casi ni recuerdo la frase anterior... ¡Correcto! Es hora de dejarlo. Que disfrrutes los treinta y seis, porque si encima no lo haces...

Un abrazo, cabrón y, ¡¡felicidades!!