jueves, 13 de agosto de 2009

Discurso vital

No veía a Joss desde diciembre; es complicado quedar con él, incluso agotador intentarlo. Esta vez, en el colmo de lo extraño, la llamada fue suya.

Me vino fenomenal compartir dos horas escasas con su conversación. Es de las pocas personas capaz de entender lo que pienso y siento, además sin necesidad de explicarle nada. A él le ocurre lo mismo conmigo, está claro. Será que somos gente rara, no, los raros, más bien, son los demás. Agradecí su diagnóstico detallado acerca de mi insatisfacción permanente; me explicó que no se me va a ir en mucho tiempo, incluso en toda la vida pero al menos ya sé el porqué.

También me dijo que terminaré solo, como tiene claro que también lo hará él y, no se refería a hacerlo sin pareja, sino más bien rodeado de personas que no nos comprenden, que no tienen idea de qué coño vamos y, tratados como putos marcianos, esto lo añado yo. No me sorprendió porque llevo tiempo intuyéndolo, no tengo más que ver que cada vez tengo menos cosas en común con mis amigos y que deben de mirarme raramente cuando no me doy cuenta así que ya ni me paro a ver las disparidades con los simples conocidos y desconocidos.

Pero lo que me dejó roto fue cuando me preguntó qué discurso vital es el mío. ¡Ah!, ¿que tenía que haber bajado un discurso, Joss? Pues he venido sin nada preparado. Me gusta cómo se ríe el caaaaaaaaabrón cuando se parte el pecho. Bromas aparte le pregunté que qué coño era eso del discurso vital. A ver, tonto no soy, pero quería que me explicase mejor lo que quería decir. Me vino a decir que cuál es mi modus operandi a la hora de transitar por la vida y sobre todo qué busco, cuál es mi tabla de valores, mis prioridades (no lo dijo con estas palabras pero, vamos, para que lo entendamos todos). Pues no tengo, le contesté, o bueno, sí, hacer lo que me sale de la punta del nabo, mayormente.

Él me hablaba de consecuencias, de tener claro lo que se sabe que no va a aportar nada, de las que luego es complicado escabullirse, de lo que merece la pena o no hacer. Me dijo que estaba claro que mi discurso vital era una anarquía absoluta y que así es complicado andar por ahí, porque, y esto fueron palabras textuales o casi, hasta dentro del caos es necesario un orden.

Lo dicho, roto me dejó. Ahí fue cuando le pregunté que si podía nombrarlo mi discurso vital, debió de mirar toda la terraza porque las carcajadas fueron de época. Que te hablo en serio, Joss; más risa.

Y, bueno, en ello ando, no con mucho ahínco, la verdad, pero dándole vueltas a lo de mi discurso vital, que a fuer de ser sinceros, no acabo de ver claro. Es cierto que igual me iría mejor acompañado por él, pero creo que por un tiempo, seguiré sin él, siendo caótico y desastroso. Tb se rió cuando le comenté que hace unos meses llegué a la conclusión de que soy un puñetero desastre, pero eso no se lo decía de coña. Tampoco se lo tomó como tal pero se rió. Me gus que se tronche el caaaaabrón.

Excelente compañía, buena conversación y cervezas, ya hacía tiempo que necesitaba verlo.

Besos agradecidos, camarada.

5 comentarios:

Joss dijo...

Aviso al lector

El que suscribe y firma, declina toda responsabilidad en los posibles y por venir;, comportamientos/actos/ y demás desajustadas andanzas del sujeto llamado "Q".
Así mismo afirma y confirma que todos los personajes citados en esta entrañable a la par que apabullante confesión son reales al ser fruto de su ¿cabal? imaginación.
Por otra parte, a pesar de quedar abrumado por tamaño honor, que por supuesto recibe con agrado, orgullo y humildad, quiere someter a consideración del sujeto nominador
la posibilidad de canjear, aunque lo idóneo sería conciliar, dicho titulo honorífico por una gratificación económica o en su defecto por un viaje a Menorca.

Firmado: J.L M (Discordante vitalista)

En todo caso, que sepas, pequeño disperso mío, que (a modo del amigo Groucho) siempre podrás presentarlo de la siguiente manera;:

"Este es mi discurso vital, pero si no les gusta; tengo otro"

besos vivos

j.

Delfín dijo...

Últimamente no hago más que recomendar este libro que leí en mi adolescencia, por eso tal vez lo recuerdo como lo que no es. Pero, te recomiendo que leas Los náufragos del Johnathan de Julio Verne.
Discurso vital para ácratas.

Anónimo dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/Los_n%C3%A1ufragos_del_Jonathan

Anónimo dijo...

Gran libro para ti.
Búscalo y de vez en cuando, además de usarlo para las patas de las mesas cojas, léelo.

JTS dijo...

En mi opinión, no necesitas "discurso vital", creo que no es necesaria ninguna justificación, ni argumentario, lo único válido es poder mirarse al espejo sin darse miedo, asco o indiferencia. Los que te queremos, no necesitamos más que sentirlo, no nos es necesario eschuchar ningun argumentario. Seamos o no correspondidos. Todos necesitamos tiempo para reflexionar, aunque cuando este es excesivo en mi opinión es igual de dañino que tener poco. En el equilibrio muhcas veces está escondida la Paz de espiritu.
Hace poco termine " Un Mundo Feliz" Aldous Huxley, creo que también te identificarias con el "salvaje", leelo si tienes tiempo. No es un essayo como "Tiempos Liquidos" sino novela, asi que no me pongas peros...