miércoles, 15 de abril de 2009

"Ya no quedan alemanes en Europa"...

... comentaba Michel (el 8) en la radio hace un par de días. Lo decía a propósito del enfrentamiento del FCB contra el Bayern en München; aseguraba que estos alemanes no son los de antaño y que el Barça no tendría mayor problema para, incluso, vencer en el feudo bávaro si fuese necesario. Y, visto lo visto, lleva razón.

Este pensamiento me ha llevado a reflexionar sobre el asunto, aún más tras el partido de anoche. Lo mínimo que se podía esperar históricamente de un Bayern herido era que te garantizase noventa minutos de sufrimiento con balones al área, rechaces, llegadas desde segunda línea, saques de esquina, vamos, un agobio tremendo, aunque luego pasaras la eliminatoria y, sin embargo ayer, nada, o casi.

¿Por qué los equipos alemanes, especialmente el Bayern y en parte la selección, han dejado de dar miedo en Europa? Creo que tengo algunas de las claves.

En primer lugar vemos cómo los clubes alemanes se han poblado en los últimos años de jugadores foráneos. Una de las características incuestionables del football y los jugadores alemanes era sin duda la fortaleza física y mental innatas, lo que les permitía jugar a un buen ritmo todo el partido. De hecho siempre jugaban al mismo ritmo, fuesen ganando o perdiendo. Es sabido que en el momento en que el rival bajaba la guardia lo arrollaban, precisamente por esa cadencia machacona que tenían.

Los futbolistas extranjeros no tienen esa condición física de base con la que cuenta el teutón y, obviamente, tampoco la mental, por lo que por ahí se les ha ido escapando esa virtud. Además, los que llegan de fuera, salvo contadas excepciones no tienen un gran nivel competitivo por lo que la Bundesliga en su conjunto se resiente, los nacionales pierden referencias durante su formación y no pueden mejorar como cuando en sus clubes militaban jugadores que eran importantes en Europa.

También ha contribuido el hecho de que el poseedor de los derechos de televisión quebrase, no pudiese pagar la millonada que prometió y finalmente los clubes se hayan tenido que conformar con menos dinero del que se está pagando en las ligas fuertes europeas. Obviamente, al recibir menos ingresos no pueden competir con los de fuera, se tienen que conformar con fichajes de medio pelo, etc.

Por otro lado, podemos notar cómo los alemanes que destacan últimamente son futbolistas diferentes a los de antaño y, por qué no decirlo, peores. Veamos: Ballack, Schweinsteiger y Lahm son tres de los mejores. Ballack ya lleva unos cuantos años y sí que se puede considerar un tipo de la vieja escuela. Es alto, potente, llegador, buen cabeceador, con un tiro lejano extraordinario, muy sobrevalorado para mi gusto pero, en principio, cumpliría con el prototipo de siempre. Pero los otros dos son blandos, intermitentes, buenos técnicamente pero incapaces de marcar un ritmo alto de partido por sí solos. Claro está que Alemania siempre ha tenido jugadores de este calibre, quizá no tan blandos, pero sí muy técnicos como Mehmet Scholl, Littbarski, Matthäus. La diferencia, entonces, ¿cuál es?, que éstos estaban rodeados de auténticos panzer no exentos de calidad por otra parte y los de ahora miran alrededor y ven jugadores con la quinta parte de fuerza y la mitad de calidad. Bueno, Matthäus, además de técnico era otro portento físico que le pasaba por encima a cualquier rival que tuviese enfrente.

Otra de las claves está en el estilo de juego que se ha ido imponiendo en los equipos importantes de la Bundesliga y en la selección alemana, quizá provocado precisamente por la falta de materia prima para llevar a cabo el típico juego alemán. Casi todos han variado de su clásico 3-5-2 con el líbero saliendo desde atrás con el balón para bien organizar o desplazarlo en largo y con dos hombres en banda de largo recorrido, al 4-4-2 ó 4-2-3-1 sin el mencionado líbero, laterales convencionales y, naturalmente, marcaje en zona. Ello ha influido aunque creo que por jugar con uno de estos sistemas o cualquier otro no se tiene por qué perder ciertas características como la fuerza, la garra, el ritmo, o el empuje.

La selección, aun con jugadores de mucha menor calidad que hace una década todavía lucha en las citas importantes por estar arriba. Ahora bien, tampoco da nada de miedo. Si vemos la final de la última Eurocopa, hubo por momentos que parecieron un juguete roto en manos de España. Jamás hubiésemos pensado que una final iba a haber sido tan plácida frente a esta gente.

Cuando Klinsmann cogió el equipo antes del Mundial 2006 trató de darle otro aire, todavía no sé si acertadamente o no, y decidió que debían jugar con menos balón largo, más toque y aprovechando su fuerza innata. No le salió mal la jugada y cayeron en seminfinales contra Italia, tras prórroga con un equipo bastante inferior al azurro. ¿Por qué cambia el estilo? Ya he aludido a ello anteriormente, ¿porque no tiene jugadores que puedan jugar a la usanza de los últimos treinta años, ¿porque no le gusta esa forma en la que él tanto destacó como delantero?

Un último apunte, pero no por ello menos importante. Me da la impresión de que la mentalidad en general del pueblo alemán ha sufrido cierta metamorfosis durante la última década, probablemente propiciada por el gran número de inmigrantes que se han instalado en su sociedad, por la caída del Muro y, creo, aunque daría para escribir bastante, por el cambio de una sociedad muy marcada por las carencias vividas tras la II GM, la posterior conversión en una potencia a fuerza de puro trabajo, trabajo y más trabajo y el hecho de que las nuevas generaciones son las primeras que no han tenido presente durante su formación todo ese sufrimiento y resurgimiento del pueblo alemán por lo que su personalidad ha podido variar respecto a la de sus mayores. Son el fruto de una sociedad del bienestar con un enfoque distinto y por tanto otro pensamiento. Como éste se traslada a cualquier esfera cotidiana y, por tanto, al football y a la manera de jugarlo tengo claro que se trata de un factor importante.

Hasta 2006 jamás vi a un alemán festejar otra cosa que no fuese un triunfo, menos siendo anfitriones y, sin embargo, Alemania entera se lanzó a la calle a aclamar a sus jugadores por haber sido eliminados en semifinales. ¿Han perdido esa soberbia tan característica?, ¿esa sensación de superioridad que los hacía sentirse invencibles? La confirmación la tuve cuando ganamos la Eurocopa y al día siguiente salían en los informativos imágenes de la Puerta de Brandemburgo abarrotada de gente celebrando el subcampeonato. Hace veinticinco años a los festejos (obviamente no en el mismo lugar) hubiesen ido cinco, si acaso.

Mañana escribiré del otro partido, del PARTIDAZO que jugaron Chelsea y Liverpool.

¡¡Unbelievable!!

1 comentario:

Delfín dijo...

Demasiadas conclusiones de ese tema. Ya no quedan equipos alemanes, no, el Bayern ha sido eliminado otra vez en cuartos, porque, seamos realistas en la Champions salvo el Bayern nunca ha habido equipo alemán destacado.
Mucho más llamativo es que no hay equipos italianos en cuartos y la presencia incompleta de equipos españoles con el mejor Barça de toda su historia y un anecdótico Vilarreal haciendo de mera comparsa ante el Arsenal.
Y es que, admitámoslo, el fútbol inglés se está pasando por la piedra a toda Europa.
Pero no es sólo por fichajes, no sólo por eso, porque está claro que los grandes fichajes no lo son todo.
Acudamos a los grandes referentes de sus clubes en Inglaterra:
-Liverpool, gana su Champions con jugadores de segunda fila y confiando en un manager con una personalidad futbolística muy marcada. Además el capitán Gerard, un gran futbolista extraido de la cantera.
-Manchester, lo gana todo con un manager que lleva mil años allí, mantenido ganara o perdiera que es capaz de ver a jugadores como Cristiano antes de tener la bota de oro (que es lo que hace el Madrid), o capaz de retener a Scholes o Giggs y que sigan tan jóvenes como el primer día.
-Arsenal, de nuevo un manager con gran continuidad. De nuevo, de referente un joven extraído, de una cantera foránea, pero que ha crecido en el club.
-Chelsea, es el club más errante de todos ellos, el club de los cuatro que más dinero ha gastado. Qué casualidad que sea el que peores ha cosechado de los cuatro.

Ahora, lo contraponemos al fútbol español y tenemos:
- Barcelona, entrenador extraído de la cantera, conoce el club como nadie y lo entiende como muy pocos (muy Cruyff). Sus referentes: Xavi es un veterano de la cantera que creció a la sombra del propio Pep, Iniesta otro canterano que juega como los ángeles y Messi, un fenómeno por el que se apostó hace muchos años.
-El Real Madrid, sin embargo, vive a la sombra del estilo Florentino: fichar jugadores caros y consagrados que aseguran ingresos publicitarios y camisetiles, pero, que, por contra, aseguran un bodrio de fútbol que en Europa se retrata como debe.
El modelo Florentino ha sido copiado por los clubes italianos últimamente, lo que unida a su falta de talento último les está llevando a esta debacle.
Es como yo lo veo.