jueves, 18 de febrero de 2010

Madrid ist Bremen

Una extraña idea rondaba mi cabeza las últimas semanas: no estamos en Madrid, sino en otra parte de Europa y no nos hemos dado cuenta. Con la tregua que nos dio este invierno poderoso a principios de la semana pasada abandoné la que, en principio, parecía una peregrina (según la acepción número cinco del DRAE: Extraña, especial, rara o pocas veces vista) idea, pero tras el recrudecimiento del asunto estos últimos días ya no tenía dudas: esto no es Madrid, es Helsinki.

Claro, que pensándolo bien, en Helsinki nieva todo el invierno sin parar y no se acercan a 0ºC en tres meses. ¿Entonces dónde coño estamos? Porque en Madrid, ni de coña. Y si es así, ¿por qué parece esto Madrid?

Vayamos por partes, como dijo la actriz porno. Dado que la opción de Helsinki la descarté en cuanto pensé en ello seriamente me asaltó la idea de que quizá estábamos en algún punto de la Europa septentrional pero en un paralelo inferior al de la capital finlandesa. ¿Copenaghue, quizá? Miré las temperaturas de los últimos días allí y también si llovía o nevaba. Más frío que aquí y más precipitaciones, además del cielo cubierto constantemente. Un poco más abajo, Frankfurt, tampoco cuadraba con lo que viví esos días. Y, mira por dónde me dio por mirar Bremen, no sé todavía por qué, dado que está más al norte que la ciudad del Main y por tanto esperaba temperaturas más bajas.

Al principio asistí perplejo a la coincidencia de clima de la semana en cuestión, luego descubrí que sus temperaturas y precipitaciones durante este invierno han sido calcadas a lo que yo, suponiendo que estaba en Madrid, llevo viendo desde noviembre. La conclusión, obvia, estamos en Bremen. Estamos, no estoy, estas cosas no van y le ocurren a una sola persona, aunque sea por pura estadística, ¿no?

Una vez solventado tal enigma me dediqué a pensar por qué tenemos la sensación de seguir en Madrid, de por qué vemos las torres Kio, Atocha o el Manzanares, el campo, no el río y todo lo demás como si de verdad estuviésemos en el Foro.

Parto de que, obviamente, somos nosotros las personas las trasladadas, porque a nadie se le ocurre que han cambiado de lugar una ciudad entera con todos los edificios, fuentes, estatuas, parques, autobuses, metro, etc., algo de locos y, ¿dónde estaría Bremen en ese caso, en el sitio de Madrid? No, por el clima, no es de allí. O igual la han puesto en otra parte, no, no cuadra.

Se me ocurren, pues, dos teorías:

1. Arranca de otra que me relataba un colega días atrás: el mundo se terminó hace cinco años pero todavía no nos hemos dado cuenta. Si esto es así, está claro que es más sencillo que nos hayan llevado a todos a Bremen y aún no nos hemos enterado.

2. La que yo pensaba, antes de reparar en lo del párrafo precedente, es que por algún método que desconozco alguien o algo o lo que sea nos trasladó a Bremen sin que nos enterásemos y por medio de otra historia rara que también ignoro se nos hace ver y sentir Bremen como si fuera Madrid, lógico.

2 comentarios:

Eliot Nurse Undorma dijo...

Qué bueno compartir tus locuras a diario, compañero de pupitre!

Q dijo...

¡Nooooooooooooo! ¡Déjame vivir! ¡Jajaja! Bienvenue, Elijah.