viernes, 14 de noviembre de 2008

¡Ese cumpleañero!

Llega un momento en la vida de casi todo europeo (digo esto de europeo porque en otras latitudes la esperanza de vida ronda esta edad) que toca cumplir treinta y seis castañas. Ya no es ni un número bonito, porque treinta y cinco (por el culo...) todavía lo excusas en que suena bien, está a mitad de los cuarenta, todavía parece que quedan lejos los temidos cuarenta...

Y sabes que no, Javierín. ¿Qué te voy a contar yo que tú no sepas? Pues algunas cosas, pero todo muy nihilista y descreído por lo que no hay que hacerme mucho caso (o igual sí), ya sabes, pero tienes claro, que de los treinta y seis (mi polla veréis) no cabe retorno alguno.

Me hubiese gustado ponerme delante del PC para escribirte esto con más horas de sueño y menos química en mi organismo para que aflorase mi vena poética y tal pero me da que demasiado será que hile algo mis pensamientos y que parezcan medianamente coherentes unos con otros.

Noto que me lío y casi ni recuerdo la frase anterior... ¡Correcto! Es hora de dejarlo. Que disfrrutes los treinta y seis, porque si encima no lo haces...

Un abrazo, cabrón y, ¡¡felicidades!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablando en términos simbólicos, los "creativos culturales" tienen una biología de sangre caliente, que por un lado y frente a la ubicua entropía espiritual procura preservar un medio interior provisto de su moralidad y de sus valores propios, es decir de un cierto fuego interior. Por otro lado y en una segunda fase, trata de propagar esas cualidades interiores al medio social, con el designio de cambiar el mundo exterior.
Dos frases:
"Lo que no me mata, me fortalece" Nietzsche.
"Desgraciado el hombre que no se ha replanteado todo, al menos una vez en su vida"
Pascal.
Gracias por tu Felicitación Q.
36 Abrazos