Quizá estaba esperando algún motivo que se hiciese merecedor de inaugurar el año-blog. Hoy he tenido la sensación de que ya lo tenía: se me ha roto la tabla de surf.
La miro y remiro, no parece que tenga nada. Trato de seguir a mi otro colega surfero y nada, incapaz de coger una puta ola; él, mientras, a tomar por culo, deslizándose, fluyendo como un condenado.
¿Y si no es la tabla? No la veo rajada por ninguna parte, debería barnizarla, sí, pero me da una pereza... La temporada no acompaña, aguas frías, digo yo.
Se me ha jodido la tabla de surf, o no.