Ayer hizo un mes de la fecha arriba señalada.
Veinticuatro años esperando que algo suceda y cuando ocurre me quedo frío, no lo disfruto como debiera, como pensaba que lo iba a hacer. Soy un tipo curioso, peculiar, lo tengo claro, me gusto así aunque es duro ser yo.
Semanas antes le comentaba a una chavalita muy Lollipop, preciosa por cierto, que si España ganaba la Eurocopa que vamos, que poco menos ya me podía morir, que iba a ser un goce espectacular. De hecho, si me hubiesen dicho que íbamos a ganar en ese momento, me muero allí mismo, en el Huevi...
Creo que tiene que ver con cierta tendencia personal a llevar la contraria a la masa, sobre todo cuando la cuestión la considero muy mía y veo que un montón de personal se apunta al carro. No sé, no le voy a dar muchas más vueltas al asunto. Sólo yo, bueno y unos cuantos más, sabemos lo que significó durante casi dos décadas y media el gol de Platini a Arconada.
Aquel fue el punto de partida de esta travesía perra que empezaba a parecer eterna y que finalizó hace poco más de un mes. Una generación entera de españoles estamos marcados por aquel gol que señaló, entonces no lo sabíamos, el principio de este calvario, de un montón de renovadas ilusiones cada dos años que terminaban destrozadas campeonato tras campeonato. Y lo que era peor, cada vez menos ilusiones, los últimos años muy pocas. Ocurre cuando te lanzas a tumba abierta tantas veces y tantas te abres la crisma, pues que al final te pones casco, y, claro, no te lanzas de igual modo porque ya llevas unas cuantas hostias. ¡Joder!, y cuando menos te lo esperas salta la liebre y tú ahí a la defensiva, con el casco y un escudo, por si acaso. Y te gustaría que esto hubiese sido hace diez años, cuando no tenías tantas heridas, cuando te entregabas a tope, cuando creías de verdad.
Parc des Princes, Michel, Luis Miguel y el inicio del viaje. Desde hace unos cuantos años pienso que se lo había metido adrede, o lo pensaba, me hizo dudar el reportaje que le hicieron en Informe Robinson, casi se le saltan las lágrimas cuando veía el famoso gol, no lo había hecho antes. Por cierto, en las semifinales de aquella Euro hizo unos paradones increíbles, especialmente dos en el último segundo de la prórroga que parecían imparables.
Aquello sólo fue el principio, después vino el penalty de Eloy; lo de la Euro'88 que ya de antemano se sabía que no íbamos a hacer nada, o sea, que ahí nos ahorramos el sufrimiento, bueno, yo no, uno era joven y tenía más fe que Job; Dragan lanzando y Míchel mirando cómo entraba el balón en Italia, aquí todavía no éramos conscientes ni de lejos de que todo había empezado seis años antes ni, claro, creíamos en el maleficio de los cuartos; a la Euro del 92 Papin nos había cerrado el camino en Sevilla y tuvimos que ver cómo hasta los daneses veían a su selección ganar un título sin haber preparado el campeonato, y pensábamos, si Dinamarca ha sido capaz de conseguirlo con este equipillo y de este modo, nosotros también podremos.
Creo que el 94 significó un palo importante para todos y ahí se empezó a hacer patente la idea de que iba a ser muy difícil no ya ganar, sino llegar a una semifinal o final. No sé si entonces miramos al Parc des Princes viendo algo más de lo que allí ocurrió pero algunos seguro que torcían el cuello para hacerlo de reojo. 9 de julio, Foxboro Stadium, Boston, España es mucho mejor que Italia, pero ellos tienen al genio, a Roberto Baggio. No voy a comentar nada más de lo que allí ocurrió. Todavía hoy duele. En el bar de Miguelín se vieron las mayores caras de tontos de la Historia. Otra vez en cuartos, como en México, el mito se va fraguando. Me hubiese gustado que el triunfo hubiese sido con Javi, ¡joder! me gustaba aquella selección y aquel estilo.
22 de junio de 1996, Wembley, la catedral del foot-ball inglés y por ende del mundial, nos comemos a los anfitriones con patatas, Manjarín, penalties, Hierro, Nadal. Otra hostia. Lo que más jode es que juegues de puta madre y te vengas para casa, porque si eres un desastre pues te fastidia pero tiene explicación, pero lo de Boston y esto... El mito de cuartos es un hecho.
Francia '98. Una de las mejores selecciones que jamás he visto. Llegamos con una racha que hacía que no perdíamo un partido desde meses antes. Partido inaugural de Saint-Denis y palmamos, mal augurio pero cargo a tope el carro de la ilusión, Saint-Galle comiendo y 3-2 contra Nigeria, luego la defensa de Paraguay. La goleada a Bulgaria para nada. Al menos callamos a Hristo.
Han pasado catorce años desde París, es posible que aquí o quizás en Wembley fuese cuando tomamos algo de conciencia de que el famoso gol de Platini significaba bastante más de lo que habíamos visto en el 84.
En 2000 Raúl falla un penalty contra Barthez a punto de acabar el partido. A casa en cuartos. Lo de Corea fue lo de Corea, pero poca gente se acuerda de Joaquín tanto como de Eloy, es curioso, quizá porque con se le echó la culpa al árbitro. Si no eres capaz de ganarle a Corea aun con el árbitro en contra y en su casa, igual es que no merecíamos pasar...
Portugal un desastre, se veía venir que no íbamos a hacer mucho, las desilusiones ya van siendo más tenues, estamos acostumbrados a perder. De Alemania no esperaba mucho más pero creo que la derrota contra Francia fue determinante para haber ganado la Euro.
Uno de los magnificos reportajes que suele realizar Canal + tenía como protagonista a Alain Giresse, el francés bajito que jugaba con Platini y Tigana en el medio campo que nos ganó en el 84, y decía que la famosa derrota del 82 en semifinales contra Alemania tras ir ganando 3-1 les había servido, sin duda alguna, para madurar y aprender qué debían hacer para ganar la Euro dos años después. Esa derrota les hizo ver que además de jugar bien como lo hacían era necesaria cierta actitud mental de la que carecían en aquellos momentos. Lo aprendieron bien y en su casa, barrieron dos años después.
Pienso, aunque ninguno de ellos lo haya dicho, que la derrota de España contra Francia en Hannover y el modo en que se produjo (parecía en todo momento que jugaban hombres contra niños) sirvió para que estos jugadores cambiasen la mentalidad a la hora de afrontar este tipo de partidos al estilo de lo que narraba Giresse.
Ese partido contra Francia lo vi en el mismo lugar que los cuartos de esta Euro contra Italia y la final. Todavía me recuerdo junto a Javierín en el pasillo de cáCarras diciéndonos que siempre lo mismo y diciéndome que siempre lo veíamos juntos. ¡Joder, Javierín, pues esta vez lo vimos juntos y no fue igual!
¡Y de qué modo hemos ganado! Tocando tranquilamente hasta tres cuartos y allí metiendo quinta. ¡Qué superioridad en defensa y ataque en semifinales y la final! ¡Qué gozada! Bueno, yo no tanta por lo que he escrito al principio, qué le vamos a hacer.
Iker Casillas, Sergio Ramos, Carles Puyol, Carlos Marchena, Joan Capdevila, Marcos Senna, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, David Jiménez Silva, Cesc Fábregas, Fernando Torres, David Villa, Dani Güiza, Santi Cazorla, Pepe Reina, Álvaro Arbeloa, Juanito Gutiérrez, Raúl Albiol, Fernando Navarro, Xabi Alonso, Rubén de la Red, Sergio García, Andrés Palop.
Gracias, Zapatones.